Sé paciente con tu impaciencia. Si está ahí, está ahí. No la conviertas en un problema. Acéptala. Esa idea de que no deberías se impaciente, es también una estrategia del ego. ¿Por qué no ibas a serlo? ¡Si lo eres, lo eres, y ya está! Relájate, utiízala. Ese es mi punto de vista: que se puede utilizar todo, que todo se puede convertir en algo creativo.
Así que la cuestión no es si la impaciencia debería estar allí o no. La cuestión es cómo utilizarla en caso de que esté ahí o cómo utilizar su ausencia en el caso de que no esté ahí. Se pueden utilizar ambas cosas. La impaciencia simplemente demuestra energía, energía que está buscando caminos, energía que no sabe qué hacer, una cantidad tal de energía que se está derramando. No adoptes una actitud negativa ante ella, no tiene nada de malo. Sé impaciente, y mucho. Deja que ocurra, utilízala, y pronto decubrirás que incluso la impaciencia se ha convertido en un florecimiento.
La impaciencia se puede convertir en una intensidad, y si de verdad la entiendes, lo es. Supone un profundo interés.
Osho: El Martillo en la Roca